sábado, julio 29, 2006

VP28: Que la musica no pare

En inglés “jockey” es el agente que monta un caballo de carreras a cambio de una comisión. No se sabe con certeza cuando se utilizó por primera vez el término “disc jockey” para referirse a quien pone los discos, ni por que se le llamó así y no de otro modo. Pero un repaso a la historia facilita algunas pistas. Corrían los años 30, en los EE UU la gran depresión se agudizaba y las casas discográficas que vivían de vender un producto superfluo, veían sus ventas menguar año tras año.

Las discográficas culpaban a los djs de la radio de la caída de las ventas (¿quien iba a gastarse dinero en comprar un disco que sonaba a diario en la radio?). Consiguieron que se prohibiera la emisión de discos, pero con ello favorecieron el surgimiento de nuevas compañías hasta entonces marginales, editores de música negra que se aliaron con las hambrientas emisoras de radio y llegaron a acuerdos de emisión.



www.radiohof.org/discjockey/martinblock.html

El disc jockey cabalgaba con su voz entre los discos, de ahí su nombre. Su verborrea servía tanto para vender herramientas de bricolaje como gomina para el pelo. Y desde luego servía para promocionar discos. Por eso las canciones debían ser cortas, de alrededor de tres minutos, para que el dj pudiera insertar entre tema y tema su mensaje publicitario, o un chiste o la referencia musical que se le ocurriera, por que él era “jinete de los discos” y rey de las ondas.

Cuando aparecieron los primeros clubs de baile que sustituyeron la música en directo por música enlatada, resultó que aquel formato de tres minutos, ideal para el medio radiofónico, resultaba demasiado breve para la pista de baile. En los clubs de los 60s cuando la pista empezaba a calentarse con un buen tema de baile, la música llegaba a su fin y se hacía el silencio hasta que el dj daba entrada al siguiente tema.

Francis Grasso fue el primer dj moderno, dj de club, que en el 1969 desarrolló las técnicas de mezclado de discos con el fin de evitar esas molestas interrupciones.

Desde luego el formato de canciones de tres minutos resultaba inadecuado para dinamizar la pista de baile. Fue a principios de 1973 cuando se edita el primer tema alargado para satisfacer las necesidades de l@s danzantes. Es la primera remezcla de la historia. Frank Wilson produjo “Girl you need a change of mind” de Eddie Kendricks. Duraba siete minutos y medio, y se trataba además del primer tema de música disco específicamente construido para ser bailado.

http://www.youtube.com/watch?v=OpWeV4Kfyb0&search=Kendricks


Las tradicionales canciones de tres minutos, hechas para ser escuchadas, tenían estrofas y estribillos que transmitían un mensaje claro y directo cuya repetición resultaba redundante. Pero los nuevo temas de la música disco debían ser escuchados con el cuerpo en movimiento y por eso debían alargarse lo suficiente para inducir el trance orgiástico característico del baile.

Curiosamente quien consolidó la técnica de la reedición fue Tom Moulton, que sin ser ni dj ni productor (era modelo publicitario) construyó una cinta con 45 minutos de música de baile sin interrupciones a base de enlazar temas de tres minutos reeditándolos con un primitivo sistema de cortar y pegar. Se estrenó profesionalmente con el tema de BT Express “Do It till you’re satisfied”, a mediados de 1974, una reedición que alargaba el tema de 3:09 a 5:52, y que propulsó aquel buen tema de Rythm & Blues que habría pasado desapercibido para la mayoría, a la segunda posición de superventas. Aquel éxito mostró el camino a seguir, y las discográficas se lanzaron como locas a producir reediciones bailables de temas conocidos. El fenómeno “disco” había estallado.



http://youtube.com/watch?v=4zGqpftUYfg&search=gaynor

Pero donde Moulton se consagró de verdad, fue con la reedición de “Never Can say goodbye” de Gloria Gaynor, fusionando tres temas del mismo LP en un tema bailable que duraba 18 minutos. Según comentaba, se trataba de hacer un tema lo suficientemente largo como para que el dj pudiera ir al baño. Pero a la Gaynor no le gustó. Se sentía dolida por que en la redición “no cantaba demasiado”. Las nuevas técnicas de la música disco propulsaron la figura del dj/productor a costa de músicos y cantantes.

La técnica de la reedición trata de descomponer la estructura secuencial del tema y recomponer los fragmentos para que sea más bailable. Se trata de reducir los fragmentos discursivos, alargar los que propulsan la pista de baile y cambiar el orden de manera que se amplifique el efecto catártico (subidón). La técnica de la remezcla incorpora a todo esto el desfibrado fino de la estructura musical, separando los componentes simultáneos: bajo, bombos, platillos y toda la panoplia de timbres, tesituras y texturas que forman parte del ritmo y la melodía.

Pero aquello sólo fue un aperitivo. El progreso tecnológico no se detiene y la revolución digital sigue floreciendo. Las nuevas tecnologías ya no se utilizan únicamente para producir música en el estudio de grabación, sirven también para intercambiar y distribuir música, para reproducirla e incluso para producirla en directo. El futuro de la música electrónica sigue abierto, y con él, también sigue abierto el futuro del dj.

A lo largo del siglo pasado el dj pasó de poner discos en la radio para amenizar los mensajes publicitarios, a poner discos en salas de fiestas, a reeditarlos y remezclarlos, y finalmente a producirlos enteramente. Es una figura que no ha dejado de crecer hasta alcanzar las estrellas. Algunos pocos djs se meten en el bolsillo decenas de miles de euros por unas pocas horas de trabajo.

La VP28 Summer Session se aparta de ese mundo comercial y vuelve a la esencia que propulsó la evolución de la cultura DJ con la selección de Roger B y Xavi BRK y la producción de Mendel-live, tres estilos representativos de lo último en música electrónica de baile.

http://www.youtube.com/watch?v=1GHTKRGG_Is&search=voltech