sábado, mayo 20, 2006

VP25: Voltech Evolution























Esta es una muy breve historia de la cultura del ritmo y la percusión, cultura que hinca sus raíces en el continente que vio nacer al género humano: África. La diáspora por el mundo de esta música, definida por esta razón como afro-diaspórica, ha debido vencer la resistencia de la hegemónica cultura europea. Imperialismo, colonialismo, racismo, fascismo y neoliberalismo son ideologías que pretendieron justificar el etnocentrismo y la imposición de la cultura europea sobre las demás.
La actual música electrónica de baile es afrodiaspórica y por ello a menudo ha sido objeto de desprecio y represión, ya desde su mismo origen, pues lo que se conoce como cultura de club nació en la clandestinidad.

El primer club, La Discothèque en rue Huchette de Paris, fue la respuesta en forma de resistencia cultural a la ocupación nazi que prohibió el jazz por considerarlo cultura degenerada propia de una raza inferior. Los amantes de esa música se refugiaron en pequeños salones de baile clandestinos, discotecas, en los que se podían esconder los discos prohibidos y en los que el gramófono y los altavoces ocupaban un espacio más reducido que una orquesta de swing. En aquellas discothéques aparece la figura del dj como personaje subversivo.


Sí, en efecto, la historia de la cultura dj también se puede interpretar como la historia de la resistencia de la afrodiáspora a la hegemónica e intolerante cultura europea. El caso del Rock & Roll (R&R) y Alan Freed descrito en anterior blog “El poder de la Música” es paradigmático.
Diez años después de la explosión del Rhythms&Blues entre los blancos, lo que se conoció como Rock&Roll, aquellos ritmos que definen la música de baile actual siguieron evolucionando por la senda del funk de James Brown en los años sesenta.

En el funk incluso los instrumentos tradicionalmente melódicos “percuten” poniéndose al servicio del ritmo preciso que Brown imponía, incluso multando a sus músicos cuando se equivocaban. Paradójicamente cuando la música disco tomó el relevo al funk, James Brown la criticó por ser demasiado exacta y maquinal.


“I love to love you baby” de Donna Summer (1976) se convirtió en himno de la música disco. Fue el primer tema producido con técnicas de loops, caja de ritmos y sintetizador, donde el sonido instrumental se sobreponía con precisión mecánica a la voz. Fue éste uno de los primeros maxisingle, disco sencillo del tamaño de un LP pero que a diferencia de éste se reproducía a 45 rpm en lugar de 33. La estrofa “I love to love you baby” se alargaba durante 16 minutos entre jadeos y rítmicas repeticiones de sexualidad hipnótica en las que el dj podía despacharse a gusto desarrollando sus incipientes técnicas de mezclado.

El sonido disco se había estado macerando en ambientes subterráneos como The Sanctuary en NYC, templo baptista reconvertido en el paraíso gay del baile y el sexo (1971). En el Santuario la música la pinchaba dj Francis Grasso que desarrolló las técnicas de mezclado consistentes en hacer sonar dos discos simultáneamente o sostener uno de los discos mientras el plato se desliza, para dejarlo ir justo en el momento que cuadra. Y todo esto sin mesa de mezclas ni auriculares, cuando los platos no tenían ajuste de velocidad y la correa del motor se quemaba al ser frenada.

Mientras tanto la música de baile afrodiaspórica seguía evolucionando amplificada en la caja de resonancia de la isla de Jamaica. El Rhythms & Blues había adoptado formas autóctonas evolucionado hacia el dub, el ska y el reggae. Fue un emigrante jamaicano en NYC, Kool dj Herc

quien adaptara esos ritmos al gusto del Bronx, fusionándolos con el funk y con ritmos latinos, e inspirando a la siguiente generación de djs, los que darían forma a la nueva cultura identitaria negra: el hip hop. El hip hop se desarrollaría por el virtuosismo técnico de dj Grandmaster Flash y a través del mestizaje alemán con Kraftwerk y su “Trans Europe Express”, remezclado con maestría por Afrika Bambaataa en su “Planet Rock”.


Y mientras todo esto sucedía en el gueto negro del Bronx, la música afrodiaspórica en su versión disco había pasado de moda y los restos que de ella quedaban seguían evolucionando agazapados como musarañas a la espera de su momento de gloria.

Fue en el gueto del gueto, en el inframundo tres veces marginal; negro, gay y diezmado por el sida del Paradise Garage de NYC donde dj Larry Levan llevó el género disco a una nueva dimensión.
De vuelta a las esencias funk, soul y gospel pero manteniendo las gruesas líneas de bajo, la pasión por el ritmo, los graves y la sensualidad de las voces que habían caracterizado a la música disco. Y tras la fusión con el electropop heredero de Kraftwerk (otra vez la conexión alemana) que llevara a cabo dj Frankie Knuckles,

emigrado desde NYC al Warehouse Club de Chicago, aquella música disco remezclada y superelectrificada ya no se reconocía a si misma. Y como era el tipo de música que sonaba en aquella discoteca se la denominó warehouse: house para los entendidos. Warehouse significa en inglés “almacén” y kraftwerk en alemán significa “central de energía”. Con kraftwerk el “almacén” de la música disco se convirtió en la “central energética” de la música house ¡Y vaya si tenía energía! Aquella central bombeó megavatios de potencia sonora por todo el mundo de la nueva música electrónica de baile. El house reinó y reina en las discotecas vanguardista de todo el mundo, y también fuera de ellas, en las raves, donde es reprimida por la cultura dominante.

Pero la afrodiáspora todavía se podía “electrificar” un poco más. A finales de la década de los ochenta, en un Detroit deprimido por la crisis industrial, otros djs negros escapaban de aquel mundo de violencia y miseria soñando con paraísos artificiales de ritmos perfectos, música puramente maquinal, sin voces y con escasas referencias acústicas. El techno partía de kraftwerk (¡otra vez!) y del funk psicodélico, entre otras influencias, para llegar tan lejos como se lo permitiera la tecnología electrónica del momento. Juan Atkins
fue el primer productor y dj techno y su senda revolucionaria abrirá un abanico de posibilidades que van del technopop meloso de Technotronic a un techno tan duro como las paredes de cemento de las salas en las que se baila.

En el 2006 la evolución de la música afrodiaspórica continúa y a falta de una taxonomía consensuada, las etiquetas se agotan y más que aclarar, confunden. La música tribal que bailaban nuestros ancestros se recrea con los últimos avances tecnológicos. Esta es una de las señas de identidad de la música electrónica de baile. Esta cultura dj que fue rhynthms & blues antes de ser funk, que se convirtió en disco antes de llegar al hip hop, al house y al techno. Esta música que en su evolución ha pasado por sucesivos ciclos de marginación y amplificación. De la clandestinidad a las listas de grandes éxitos, para volver de nuevo al “underground”. De la libertad experimental a la sumisión a las leyes del mercado y vuelta a empezar, esos ciclos de expansión y contracción son otra característica de la música electrónica de baile.
Pero la libertad de experimentación del dj o productor no es ilimitada, y acaba donde empieza la libertad de sus fans. La música de baile afrodiaspórica es democrática por definición, pues la actividad creativa del dj o del productor está sometida a la voluntad de la gente que la baila. La fase de experimentación es de hecho una preselección llevada a cabo en un entorno minoritario y a menudo marginal. El motor de la evolución musical es precisamente esa marginalidad. El rechazo a la música establecida es expresión del rechazo al poder establecido. La afrodiáspora surge de la resistencia de los africanos al poder blanco que los esclavizó y los arrancó de su tierra.

Esta es la característica esencial de la música electrónica de baile, su fundamento afrodiaspórico, que es tanto como decir libertario y evolucionario.

Voltech está en ese punto en el que la música de baile se reinventa a si misma. Su sonido no encaja en las etiquetas al uso por que es expresión libre de esa afrodiáspora que moviliza cuerpos y mentes.

Esa música que el 20 de Mayo tomará las calles en la Life Parade de las 18:00 a las 24:00 horas en el recinto del Forum, y a partir de esa hora seguirá a pocos kilómetros de allí, en la VoltechParty 25 en la sala K-oba de Badalona en la VP25:

“Voltech Evolution”.