domingo, abril 30, 2006

La emoción de la música

Pero la división entre lenguaje racional y música emocional es difusa. En la poesía las palabras suenan musicales despertando emociones. Por el contrario, la música conceptual necesita un “manual de instrucciones” para ser inteligible. De todas las músicas, la de baile es la que despierta emociones más intensas, de euforia y de sentido comunal. La música de baile es música que se escucha con todo el cuerpo; nos hace bailar.

Por el contrario la música de auditorio se escucha desde el reposo de la butaca y si despierta emociones, éstas serán contenidas, reservadas, socialmente aceptables y hasta cierto punto fingidas.

Nuestra sociedad se organiza en jerarquías y en ella la elite dirigente estimula la “reproducción” de las ideas que más le favorecen, básicamente aquellas que perpetúan las relaciones de poder.
En este sentido, la música es un medio de control mental menos eficiente que las ideas. Y la menos provechosa de todas resulta ser la música de baile. Por que la música de baile despierta la euforia que es la emoción de sentirse uno y a la vez parte del todo. Es el éxtasis colectivo, por que “ekstasis” en griego significa “estar fuera de uno mismo”, liberado de las convenciones sociales, liberado de las pautas y comportamientos que sostienen las relaciones de poder. La música de baile, el house y el techno, son músicas “para salirse fuera”, o dicho de forma coloquial; para “ponerse del revés”. Es esa falta de contención lo que despierta las suspicacias del poder.